No descalificar la acción de hablar ante los alumnos. Antes se potenciaban actitudes silenciosas con refranes como: “El silencio es oro”, “A buen entendedor, pocas palabras”. Hoy queremos que nuestros niños y niñas hablen, incluso desde su más tierna edad. Ya esta instalado, por ejemplo, que los parvulitos/as tengan que disertar ante el curso y cada vez lo están haciendo de manera más completa. Ya no sólo con la ayuda de la mamá o el papá, sino que, dependiendo de los medios, hasta con videos o powerpoint.
No interrumpir las comunicaciones espontáneas con correcciones referidas al registro de habla culto formal. Ya dijimos en clases que las comunicaciones espontáneas ( ¿ Se acuerdan de Reencuentro, Lluvia de ideas, Después de…, Veo-veo, Ha llegado un buque cargado con…, Rimas, Verdadero-Falso ?) siempre se hacían en un registro de habla informal. Debemos dejar que los niños y niñas hablen y que hablen como saben hacerlo. Nuestro criterio nos dirá en qué momento hacemos las correcciones. A o mejor, escuchando el habla de nuestros alumnos/as se nos puede ocurrir una guía de aprendizaje para atacar problemas del habla de nuestros estudiantes y hasta la podemos ver en la reunión con los apoderados. Ustedes saben que si el niño o niña habla así, es porque así hablan sus padres o las personas con las que vive.
Interesarse en las experiencia de los estudiantes y aprender de ellas. Esto ocurre en el caso de alumnos o alumnas de etnias diferentes a las del educador/a o cuando hay diferencias socioculturales de las que siempre podemos aprender.
Apoyar el desarrollo del pensamiento creativo o divergente. Esta es una tarea de gran importancia. En muchas oportunidades debemos comenzar por nosotros mismos. Estamos acostumbrados a pensar de una manera “esperada”. Y ante respuestas extrañas o fuera de lo esperado las calificamos de “locas”, inadecuadas o fuera de lugar. Quizás, justamente en esas ideas “locas” esté el germen de las soluciones del futuro. ¿Acaso los grandes pensadores o descubridores o artistas no fueron catalogados siempre de “locos” o anormales?
No interrumpir las comunicaciones espontáneas con correcciones referidas al registro de habla culto formal. Ya dijimos en clases que las comunicaciones espontáneas ( ¿ Se acuerdan de Reencuentro, Lluvia de ideas, Después de…, Veo-veo, Ha llegado un buque cargado con…, Rimas, Verdadero-Falso ?) siempre se hacían en un registro de habla informal. Debemos dejar que los niños y niñas hablen y que hablen como saben hacerlo. Nuestro criterio nos dirá en qué momento hacemos las correcciones. A o mejor, escuchando el habla de nuestros alumnos/as se nos puede ocurrir una guía de aprendizaje para atacar problemas del habla de nuestros estudiantes y hasta la podemos ver en la reunión con los apoderados. Ustedes saben que si el niño o niña habla así, es porque así hablan sus padres o las personas con las que vive.
Interesarse en las experiencia de los estudiantes y aprender de ellas. Esto ocurre en el caso de alumnos o alumnas de etnias diferentes a las del educador/a o cuando hay diferencias socioculturales de las que siempre podemos aprender.
Apoyar el desarrollo del pensamiento creativo o divergente. Esta es una tarea de gran importancia. En muchas oportunidades debemos comenzar por nosotros mismos. Estamos acostumbrados a pensar de una manera “esperada”. Y ante respuestas extrañas o fuera de lo esperado las calificamos de “locas”, inadecuadas o fuera de lugar. Quizás, justamente en esas ideas “locas” esté el germen de las soluciones del futuro. ¿Acaso los grandes pensadores o descubridores o artistas no fueron catalogados siempre de “locos” o anormales?
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